Nadie está libre de sufrir alguna lesión muscular debido al ejercicio físico, pero si hay formas de prevenir la ocurrencia de estos molestos y muchas veces dolorosos episodios.
Si eres de esos deportistas amateur que se motivan con salir a trotar para mejorar el estado físico, o para competir en alguna corrida de esas que se organizan cada vez más en la ciudad, o bien, te reúnes con tus amigos un par de veces a la semana para practicar algún deporte, sigue estos sencillos consejos que pueden evitar que termines haciendo reposo mientras el resto disfruta al aire libre.
1. Calentar SIEMPRE
El calentamiento pre competitivo va a permitir que el cuerpo se prepare para el ejercicio intenso, abrirá los vasos sanguíneos para que la circulación sea fluida y la temperatura del músculo aumente. Además, ayuda a flexibilizar la musculatura, y así trabaje de manera más suelta. Haz ejercicios suaves unos 5 minutos antes de practicar deporte y al finalizar, estira los músculos, esto también mejorará la flexibilidad y el rango de movimiento.
2. Pon atención a tu cuerpo
La prevalencia de lesiones aumenta en un gran porcentaje sobre músculos fatigados. Es por eso que debes saber interpretar las señales que envía antes de colapsar.
Si sientes dolor, sufres calambres, o te sientes incómodo en una postura, lo mejor es descansar. El cuerpo se adapta progresivamente al ejercicio y no es recomendable sobre exigirlo en un corto período de tiempo. Ve aumentando la carga de trabajo con calma y sin apurarte. Idealmente asesórate con un experto para que te recomiende un plan de ejercicios. Respeta los períodos de descanso.
3. Evalúa tu condición física actual
Muchas personas vuelven a ejercitarse después de años de inactividad pensando que su cuerpo responderá de la misma forma que cuando eran adolescentes. Lo mejor es evaluar objetivamente el peso, la resistencia y no forzar un trabajo para el cual ya no estamos preparados. Mide el esfuerzo que puedes hacer, evalúa tu peso corporal y ejercita de manera paulatina.
4. Aliméntate correctamente
Aliméntate de manera responsable, evitando el exceso de azúcares e hidrátate antes y durante la realización de cualquier deporte. También es aconsejable la opinión de un especialista que indique qué comer antes del trabajo competitivo y después de éste, para recuperar energías.
5. Usa el equipamiento adecuado
Hoy en día los avances tecnológicos en el campo deportivo permiten que tengamos una gran cantidad de opciones de ropa y zapatillas especializadas para cada actividad. Un calzado mal elegido o con un excesivo desgaste puede jugarnos una mala pasada.
6. Equilibra la musculatura
Si juegas fútbol o te gusta trotar, claramente vas a forzar mucho más la musculatura de las piernas, pero de todas maneras siempre es recomendable fortalecer la zona lumbar que es la que sostiene todo el peso del tronco hacia arriba. Haz ejercicios cruzados de brazos, abdomen y espalda para que el trabajo muscular sea armónico y equilibrado.
7. Respeta los tiempos de recuperación
Si te llegas a lesionar, recupérate bien antes de volver a entrenar. Sigue las indicaciones de los especialistas, sigue el reposo, trabajo kinésiológico y medicamentos en caso que sean recomendados.